Todo empezó hace años, cuando una amiga me regaló un jabón perfumado durante un viaje a Alemania. Al regresar a casa y tras haberlo guardado en mi equipaje, una fragancia elegante y suave me dio la bienvenida al abrir la maleta. Este hecho me animó a comprar diferentes barras de jabón para guardar en los diferentes cajones de mi armario.

A día de hoy soy toda una aficionada a las barras de jabón, lo uso para lavarme las manos, para exfoliar mi piel y para perfumar la ropa de mi armario, toallas y ropa de cama.
Pero con respecto al jabón debes tener cuidado, ya que la calidad de éste es importante. Yo he tomado la decisión de comprar solamente jabón natural para tener ese toque extra de cuidado que aportan los aceites esenciales.
La vida se ha vuelto más fácil con mis jabones, anteriormente he tenido irritaciones en la piel usando un gel de ducha de poca calidad, los aditivos no hicieron bien a mi piel. Debido a que tengo una tendencia a alergias (por ejemplo neurodermatitis si como muchas nueces, etc) mi piel necesita productos naturales y sin muchos productos químicos.
El jabón en sí tiene algo especial que me recuerda a mi abuela, a productos de belleza artesanales, al cuidado elegante y atemporal, a un regalo especial, a perfumes orientales… ¡Un jabón es mucho más que lavarse las manos!
Además de usarlos en mi piel y ponerlos en el armario me gusta comprarlos para regalarlos. Parece como si un jabón no se acabase, dura muchos lavados, y cuando están a punto de acabarse me gusta reciclarlos y unir varios juntos formando una sola barra. Se forman nuevos aromas que evocan nuevos mundos y posibilidades.

Uso el jabón exfoliante de piedra pómez en la ducha, una o dos veces por semana, y va de maravilla para mi piel, que es un poco sensible. Este jabón es de gran ayuda para tener una piel suave y cuidada.
Al adquirir el jabón, pensé que podría secar mi piel: Todo lo contrario. Mi piel necesita menos crema y parece como renovada, más homogénea y suave tras su uso.
Aquí os explico cómo uso el jabón de piedra pómez para que mi piel quede reluciente, suave y renovada:
- Enjabónate antes con un gel de ducha neutro, un poco de detergente neutro o con el jabón de propóleo y aclárate.
- Empezando por los pies y con movimientos circulares enjabona tu cuerpo con el jabón de piedra pómez hasta llegar al cuello.
- Evita zonas muy sensibles como las ingles o axilas.
- Insiste sobre piernas, pies, brazos y espalda.
- Lávate la cara con mucho cuidado, evitando los ojos.
- Sigue masajeándote el cuerpo con las manos un minuto desde abajo hacia arriba.
- Aclara tu cuerpo.
Para usar el jabón sobre el rostro, propongo limpiarla de impuridades o maquillaje antes de usarlo. Tras esto, rota el jabón en las manos y con movimientos circulares puedes exfoliar la cara, empezando por la frente, y bajando poco a poco. Evita la zona de los ojos ya que es demasiado sensible y no necesita exfoliación.
Hoy en día cuidarse está al alcance de todos, tenemos muchos productos naturales. Me encanta también el jabón de rosa mosqueta; deja mis manos perfumadas, limpias y suaves.
Jabón de eucalipto 100% vegetal en bolsa de Lufa exfoliante | 4,50€
¿Y a ti? ¿Que jabón de Sedona Desert te gusta más?
Autora:
ELENA LEY
